En la era digital, donde la información está al alcance de todos, es común que quienes desean aprender programación recurran a internet como su principal fuente de conocimiento. Sin embargo, Bjarne Stroustrup, creador del lenguaje de programación C++, ha lanzado una advertencia a los futuros programadores: «No puedes aprender a programar por internet». Su mensaje ha generado debate en la comunidad tecnológica, poniendo sobre la mesa la importancia de la educación tradicional y la comprensión profunda de la informática.

Más allá de la sintaxis

Según Stroustrup, internet ha facilitado el acceso a información técnica, pero el exceso de tutoriales y recursos rápidos ha creado una falsa sensación de aprendizaje. Muchas plataformas enseñan cómo escribir código que funcione, pero dejan de lado la lógica y los principios que lo sustentan. «Es fácil copiar y pegar fragmentos de código, pero eso no significa que entiendas lo que estás haciendo», afirma el experto.

Aprender a programar no se trata solo de memorizar comandos o seguir instrucciones paso a paso. La verdadera programación implica comprender cómo los algoritmos procesan la información, cómo se optimizan los recursos y cómo se estructuran los programas para ser eficientes y escalables.

La importancia de la base teórica

Stroustrup insiste en que los fundamentos de la informática son esenciales para cualquier programador que quiera destacar. Conceptos como la estructura de datos, la complejidad algorítmica y los paradigmas de programación son la columna vertebral de la programación, y rara vez se abordan en profundidad en los tutoriales en línea.

«La teoría puede parecer aburrida al principio, pero sin ella solo estás construyendo sobre arena», explica. Por eso, recomienda complementar el aprendizaje práctico con libros, cursos académicos y documentación oficial.

La práctica como clave del éxito

A pesar de la importancia de la teoría, Stroustrup también reconoce que la práctica es fundamental. Escribir código desde cero, enfrentarse a errores y buscar soluciones son experiencias que ningún libro o video puede sustituir. «Aprendes más al cometer errores que al copiar código que ya funciona», sostiene.

El creador de C++ aconseja a los futuros programadores trabajar en proyectos personales, participar en comunidades de código abierto y resolver problemas complejos para afianzar sus conocimientos.

El mensaje de Stroustrup es claro: internet es una herramienta valiosa, pero no debe ser la única fuente de aprendizaje. La programación requiere tiempo, esfuerzo y una combinación equilibrada entre teoría y práctica. Aquellos que realmente desean dominar este arte deben ir más allá de los tutoriales y adentrarse en los principios fundamentales que sostienen el mundo digital. Solo así podrán convertirse en profesionales capaces de crear soluciones innovadoras y eficientes.