Usar, o no usar tu smartphone. Esa es la cuestión. En la era digital, dónde un gran número de personas a nivel mundial tienen un dispositivo móvil, -hay quienes tienen dos y hasta más-. Se han vuelto una parte tan importante de nuestras vidas para aquellos que tenemos uno, que a veces hasta interfieren en otras que tienen prioridad.

Todos hemos estado ahí, en ambos lados de la historia. Te juntas con un grupo de amigos y hay una persona que está pegada al celular «compartiendo» con otra persona que no está presente. Esta es solo una de la muchas formas en que usamos nuestro smartphone para romper las normas de lo que es correcto cuando estás en ciertas situaciones sociales. Ya es tiempo de que quede claro cuando puedes usar tu móvil, y cuando debes guardarlo.

¿Vas a compartir con tus seres queridos, o a chatear?

Es lo más común, y el más grande acto de mala educación. Sales con un grupo de amigos o familiares y algunos, o todos, se pasan toda reunión usando el celular de una forma u otra. Es tan común ver hoy en día un familia cenando en un restaurante, el hijo más pequeño con un Nintendo DS, una tableta o un iPhone jugando mientras los padres charlan, o chatean.

Episodio de Modern Family
Episodio de Modern Family

No podemos culpar la tecnología. Es algo que hemos estado aprendiendo, y enseñando a la sociedad. Está bien que revises tu smartphone de vez en cuando, pero se supone que si sales a compartir, es a compartir con quienes están presentes, no con esos mensajes que tienes en WhatsApp. Con esto, estás indirectamente diciendo que esas personas que están contigo no son lo suficientemente importantes como para que dejes el celular a un lado por unas horas. Si alguien tiene algo importante que decirte, te llamará.

En serio, ¿en el cine también?

Una hora y media, dos horas. Dos y media máximo. ¿Es tan difícil? ¿Para qué compras una taquilla al cine si al final vas a estar, otra vez, pegado al celular? No solo es el hecho de que te pierdes la película, también molestas a quienes te acompañan y los demás que están allí prestando atención a la pantalla.

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Si estás pegado el teléfono en plena película, tienes que interrumpir a quien te acompañe para que te cuente qué pasó mientras no veías. Pero mientras veías esa foto nueva de tu ex, o hacías doble tap en esa hamburguesa triple carne, la persona sentada atrás de tí sentía que tenía un faro apuntándole a la cara gracias a la luz de tu smartphone. No lo hagas, si no por respeto a otros, por respeto a tí.

La pasamos muy bien, mientras tú tomabas fotos para Instagram.

Está bien tomar una o dos fotos para más tarde, cuando ya estés en casa y no compartiendo con otras personas, las subas a Instagram. Lo que no es necesario es que le tomes decenas de fotos al plato que ordenaste de todos los ángulos posibles. Tampoco es necesario llenar Snapchat con los miles de selfies que te tomas, sea solo o con cada persona que esté presente. Se disfruta mucho más cuando realmente se comparte, ¡inténtalo!

Todavía hay que repetir: No uses el smartphone manejando.

Señores, en serio. Es sumamente importante que dejemos de hacer esto. Han sido muchas, demasiadas, las vidas cobradas por este tipo de irresponsabilidad. No existe una situación que justifique el que estés utilizando tu celular mientras manejas, ni un mensaje, ni una llamada. Si es absolutamente necesario que contestes ese mensaje o esa llamada en ese instante, detente a un lado del camino y hazlo.

Uno siempre piensa que puede pasar, pero por alguna razón en el fondo creemos que no a nosotros. Pues la única forma de que no te suceda es que no lo hagas. Y aún así, corres el riesgo de que otra persona, distraída con su smartphone, te choque a tí.

 

Estas y muchas otras cosas son las que hacemos, ya hasta de forma natural, y para quienes lo notan son muy desagradables. Tratemos de darle un mejor uso a la tecnología, que solo busca ayudarnos en nuestro día a día.

Por Stefany Báez

Ingeniera en TIC. Soy mAhniática. Grammar Nazi que también se equivoca. Odio las impresoras y ellas me odian a mí.